Pero ¿las Redes Sociales son gratuitas?

Quizás parezca una pregunta tonta, pues nadie está pagando por utilizar Facebook, por ejemplo, pero quiero que sirva para reflexionar un poco, y pensar, por qué no nos cobran nada por algo que, para mucha gente, es indispensable para su vida.

Tenemos claro que para ir al cine, por ejemplo, nos tienen que cobrar (sobre todo por las palomitas), pero en las Redes Sociales todo es gratuito…o no. Entonces ¿dónde está el truco?.

Pues en realidad sí estamos pagando, lo que pasa es que no somos conscientes. ¿Con qué? pues con nuestros datos y nuestra privacidad. Aquello de «He leído atentamente las condiciones y acepto» significa que todos nuestros datos y contenidos que publiquemos (textos, fotos, etc) son propiedad de los proveedores de esos servicios (en general). Y ¿para qué quieren toda esa información?, pues para mercadear con ella, es decir, que se venden a numerosas empresas anunciantes. Esa información, gracias a la tecnología, está muy bien filtrada y segmentada, para que las campañas vayan dirigidas realmente a quien usa determinados servicios (o Redes Sociales).

Un ejemplo, nadie se ha fijado, que cuando hemos realizado una compra por Internet, posteriormente en casi cualquier página que visitemos, con publicidad, aparecerán anuncios de esa tienda donde hicimos una compra. Y si esa página la visitamos desde otro dispositivo la publicidad no será la misma, y quizás ni aparezca esa tienda virtual. En este caso el sistema se basa en las famosas «cookies«, pequeños ficheros que se guardan en nuestros ordenadores con información concreta, según sea la empresa que la haya creado, cuando visitamos su página y tuvimos que elegir, por ejemplo, el idioma de entrada. La mayoría de ellas son inofensivas, y nos sirve para acceder más rápidamente a una web, por ejemplo. Se pueden borrar e incluso no dejar que se guarden o que pidan permiso.

En definitiva tenemos que valorar si lo que conseguimos a cambio de esos datos que cedemos, vale la pena. En la realidad, si queremos utilizar Facebook o WhatsApp, si no aceptamos sus condiciones, no los podremos utilizar, ¿seremos capaces de renunciar y vivir sin ellos? Reflexionemos, avisados estamos.

Carlos Gómez Cacho


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