Exacto, todos tenemos cookies en nuestros ordenadores, pero ¿cookies? y eso qué es?, no no son galletitas ni nada comestible. Se trata de pequeños archivos que se instalan en el ordenador del usuario, y que permiten al responsable de un servicio mejorar la forma de interactuar entre sus visitantes y su sitio web. En algunos casos, la instalación de dichas cookies requiere del consentimiento del usuario.
El tema está en el candelero porque ha salido una nueva normativa para su regulación, y que vamos a notar cuando estemos navegando por Internet. Básicamente afecta a cookies del tipo analíticas, publicitarias y de seguimiento, es decir las que pueden ser más invasivas para nuestra privacidad. Existen otras que son técnicas, de configuración y de seguridad, que por sus características no están afectadas.
Y a quien afecta realmente?, pues por un lado a quien tengan webs que utilizan esas cookies, para hacer analíticas, publicidad o seguimientos de los usuarios. Los responsables de esas páginas tendrán que avisar que se van a utilizar cookies y si el usuario las acepta, por eso si os habíais fijado en Google, por ejemplo, ha aparecido un mensaje sobre ello. Solo es necesario pedirlo una vez y además se debe facilitar información de qué son, para que se usan, quién las instala (empresa, entidad…) y cómo se rechazan. Y para el usuario significa que podrá rechazar ese tipo de cookies en su ordenador, con lo que controlará un poco más su privacidad. Si una web no cumpliera esos requisitos se le podría sancionar.
Recordad que en vuestro navegador podéis configurar que se acepten o no esas cookies, o que se os pregunte cada vez. El problema es que hay cookies, como hemos visto, que son «buenas» para mejorar nuestra navegación, como recordar una forma de entrar en un determinada web y no tener que repetirlo cada vez, etc. Buenas cookies para todos.
Carlos Gómez Cacho